EL MILAN TOCA EL SCUDETTO

No son sólo los seis puntos de ventaja respecto a Nápoli a sugerir que Milan ya tienen el Scudetto en su bolsillo. En efecto, lo que más convence y parece hipotecar el título en favor de los rossoneri es su increíble estado de forma actual.El triunfo ante Sampdoria fue emblemático: el match no tuvo historia y el Diávolo, otra vez más conducido de manera magistral por parte de un Seedorf monumental, arrasó a los dorianos, controlando el encuentro con categoría y experiencia y liquidándolo al momento oportuno con frialdad, eficacia y calidad.No son muchos los equipos en el mundo que pueden permitirse de sustituir jugadores como Ibrahimovic y Pato con otros del calibre de Robinho y Cassano. Un lujo importante, que sumado a la nueva dimensión que está alcanzando el equipo, de autoconciencia profunda, nos entrega un cuadro listo para ser totalmente grande.El arma más poderosa de los muchachos de Allegri, en este momento, es el equilibrio táctico, que les permite tener el mejor ataque y la mejor defensa a la vez, que les da constancia tanto en casa cuanto afuera y que les garantiza la justa concentración siempre, sea contra los grandes sea contra los chicos.Faltan algunas cosas, sobre todo la continuidad de la calidad de juego, que por demasiado tiempo se vio a llamaradas y que sólo ahora explotó en toda su maravillosa escala de colores.


Sin embargo, el equipo y su entrenador están aprendiendo rápidamente y no caben dudas de que las victorias, que ya parecen inevitables, consolidarán aún más este grupo que promete grandes cosas para el futuro.


ENTRE PASADO Y FUTURO
Inter parece casi atrapado entre el glorioso pasado reciente y el incierto futuro que lo atiende. Efectivamente, en este "indeterminado momento" el conjunto nerazzurro se encuentra casi en una especie de limbo, en el que no quiere soltar lo que fue pero, inevitablemente, viene empujado por los eventos hacia lo que deberá ser.


Se dijo muchas veces que el mal momento de los pentacampeones de Italia se debe a una natural flexión física y psicológica, debida al terrible desgaste de perseguir debiendo recuperar una distancia de trece puntos.La derrota por 2 a 0 de visita a Parma es una evidente demostración de ese hecho, porque sólo así se puede explicar semejante caída por parte de un equipo del nivel de Inter ante un rival de mucha menor envegadura.Sin embargo, en el partido se vio también mucha indisciplina, factor evidente en el complemento, cuando los nerazzurri dejaron prácticamente de moverse con orden táctico y se dejaron dominar por los locales.El problema del vestuario es una realidad, identificada con la exclusión de Maicón, Thiago Motta y Coutinho y con el "banco" de Sneijder. Esto, más que las derrotas, parecen marcar la fin de un ciclo glorioso hacia un futuro que, por ahora, el mismo Inter se niega a querer enfrentar.Pero deberá enfrentarlo ya la próxima semana, cuando Lazio llegará a San Siro con la amenaza de robarle la tercera plaza, lo que pondría también en riesgo la clasificación a la próxima edición de la Champions League.


El Águila demostró en Catania que pasa por un gran momento: el equipo es sólido, cínico y sabe jugar bien cuando es necesario. Pero también que la suerte le sonríe puesto que, de no ser por la lesión de Sculli, Zárate no hubiese entrado y, quizás, los albicelestes no hubieran triunfado, puesto que el argentino la rompió y fue por lejos la figura.También Lazio se encuentra en un momento decisivo, en el que se puede mirar al triunfo "regalado" a Inter el año pasado para que Roma no ganara el título, y la necesidad de triunfo en esta temporada, que podría garantizarle la fantástica realidad de clasificarse a la Champions. Una situación delicada, en el que el equipo demostrará de una vez por todas cual es su real potencial.En ese mismo "agujero negro" temporal, entre pasado y futuro, Nápoli perdió el rumbo hacia el título: el futuro, Inler, metió el 1 a 0; el pasado, Denis, anotó el segundo.Ninguno de los dos festejó, pero si lo hizo Udinese, que con un gran partido en el San Paolo se robó el sueño Scudetto del Burro y rápidamente lo transformó en un propio sueño de Champions.Fue el triunfo de Guidolín sobre Mazzarri, porque el técnico albinegro supo hacer de "necesidad virtud", para transformar la condición negativa de no contar con sus mejores jugadores en un cambio táctico perfecto para contrastar la fuerza de los celestes, apuntándole a contraataques que extenuaron a sus rivales y crearon las condiciones para abrir la defensa local.El entrenador de Nápoli, por su parte, no supo leer el partido, confiándose demasiado en algunos jugadores y demasiado poco en otros, que hubiesen podido ser útiles desde el comienzo, especialmente en este momento de evidente merma física.De todas maneras, Nápoli tuvo el honor de hacer el gasto y, al final, con toda probabilidad terminó pagando (ante un equipo encomiable) el desgaste mental de tener que perseguir a un Diávolo inalcanzable.En la carrera por la permanencia, Chievo fue el primero en alcanzar la meta, puesto que gracias al buen triunfo casero ante Bologna ya está prácticamente a salvo.Bari, de contra, ya está descendido, porque si bien aún no hay la demostración matemática del hecho, 13 puntos en 5 fechas son simplemente imposibles de recuperar, especialmente corriendo contra tres equipos.


Pero la noticia de la semana es que Sampdoria se encuentra parada en zona descenso, por primera vez desde que regresó en Serie A, increíblemente justo tras la campaña que le permitió jugarse los preliminares de Champions. Lo de los dorianos es dramático, porque siguen sin anotar y ya no se sabe como lograrán salvarse y, en realidad, probablemente no lo lograrán.Sonríen por esto Catania, Cesena, Lecce y Parma, puesto que, con Brescia cada vez más abajo, de no ser por la caída de los blucerchiati la anteúltima plaza sería un discurso entre ellos cuatro. En cambio, ahora, todos ellos suman buenas chances de salvarse y dependen de sí mismos, sobre todo gracias a los buenos resultados cosechados en el último periodo (Catania 10 puntos en las últimas 8 jornadas, Cesena 13, Lecce 11 y Parma 10).
La trigésimo cuarta jornada será bastante anómala, puesto que se desarrollará por entero el sábado 23 de abril, para dejar totalmente libre el domingo de Pascuas.


Se jugará en cuatro diferentes horarios: abrirán la fecha Roma y Chievo, enfrentándose en el estadio Olímpico capitalino a las 6:30 ET. Dos horas y media más tarde, el fíxture programa siete desafíos, que serán Bari vs. Sampdoria (San Nicola), Bologna vs. Cesena (Dall'Ara), Cagliari vs. Fiorentina (Sant'Elia), Genoa vs. Lecce (Marassi), Inter vs. Lazio (San Siro), Palermo vs. Nápoli (La Favorita/Barbera) y Udinese vs. Parma (Friuli).Luego, al insólito horario de las 13 ET, Brescia recibirá en el Rigamonti a Milan, mientras que a las 15 ET Juventus hospedará a Catania en el Olímpico de Turín, en el match que cerrará la jornada.

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